En lo que se refiere a la tecnología, el Internet de las Cosas o IoT (Internet of Things) por sus siglas en inglés, es un término que actualmente está teniendo mucha presencia y atención. Las principales compañías tecnológicas de todo el planeta están trabajando arduamente para obtener un buen espacio del amplio mercado que se está abriendo a esta nueva tendencia, que pone al descubierto un mundo de posibilidades como también millones de retos y riesgos.

Para definir el término Internet de las Cosas de la forma más sencilla: Es la posibilidad de conexión entre objetos comunes y cotidianos con Internet. En un sentido amplio y tal vez futurista, sería que todas las cosas del mundo puedan tener conexión a Internet. Actualmente, las computadoras, smartphones, tablets, televisores, consolas de videojuegos e incluso automóviles se pueden conectar a Internet. Pero la visión a futuro es que sea mucho más que esto.

Desde un tiempo hasta nuestros días compañías como Dell trabajan en la idea de hacer interactivos los objetos de uso cotidiano. Bajo este concepto se desprende la idea de un “Hogar Inteligente”. Hoy, ya existen refrigeradores, hornos, lavadoras, sistemas de iluminación y de temperatura controlados desde un Smartphone. El Internet de las Cosas va dirigido a cambiar el mundo tal cual lo conocemos. Por ejemplo, se imagina salir de casa y que se le olvide apagar la estufa o el aire acondicionado. Pues con el Internet de las Cosas no nos tendríamos que preocupar más. Solo con acceder a una aplicación que nos permita manejar a distancia estos artefactos y controlar nuestra casa. De esta manera,  podríamos programar un millón de cosas como encendido de luces, preparación de la comida, entre otros que sin duda alguna sería un gran avance para mejorar nuestra calidad de vida.

Definitivamente esta tendencia da paso a nuevos retos y oportunidades, que abre nuevos campos de innovación para los que nos desenvolvemos en la tecnología.