Guiyu es una ciudad ubicada en el sudeste de china y es famosa por ser la capital del Reciclaje Tecnológico mundial, pero no es un buen lugar. La cantidad de basura electrónica que llega de todas partes del planeta a esta localidad supera los 1,6 millones de toneladas al año. El procesamiento de la basura tecnológica genera una enorme actividad productiva y miles de empleos pero a un costo ambiental sumamente grande.
El problema radica en el mal tratamiento que tienen los desechos, junto a la poca seguridad para los que trabajan en ello y la falta de medidas para el cuidado ambiental. Haciendo mención de los problemas de Guiyu podemos darnos cuenta del gran daño que hace a las personas, que se acumule basura tecnológica sin medidas especializadas y cuando entran en contacto con el suelo, con fuentes de agua y el aire.
Para mostrar un panorama de lo que es esta ciudad muchos espacios son vertederos donde se amontonan montañas de material sin valor y muchos residuos resultantes se arrojan en un río cercano y el aire está saturado con el humo de la combustión de plásticos, químicos y circuitos.
Todo esto ha acarreado incontables problemas de salud en sus habitantes. Según un estudio de la Universidad de Shantou de 2009, Guiyu sufre la mayor concentración de dioxinas cancerígenas del mundo y una de las tasas más altas de enfermedades respiratorias. Muy por encima de la media nacional están también los casos de problemas cutáneos, migraña, vértigo, gastritis crónica y úlcera duodenal. La ciudad también está a la cabeza de abortos y de nacimientos con deformaciones y enfermedades congénitas. El principal enemigo es el plomo, que se cuela en el organismo por todas las vías posibles y hace que los niños de Guiyu sufran las consecuencias: capacidad intelectual disminuida y trastornos en los sistemas nervioso y reproductivo.